miércoles, 4 de junio de 2014

AUXILIARES CON AIRES DE GRANDEZA Y OTRAS HISTORIAS DE LA SANIDAD PÚBLICA ESPAÑOLA

Me duele un pie, el talón de mi pie izquierdo. Así que con el volante para dos radiografías que me dio mi médico de cabecera para verificar si tengo un espolón, me dirigí al servicio de rayos del centro de salud de la Puerta de la Villa.
Tengo que confesar que iba preparada para lo que podía pasar, porque hace dos años me sucedió algo parecido y por ello, tardaron en diagnosticarme una rotura más de 4 meses. Y como no...pasó.


Los antecedentes:  
Mayo del 2012, tengo un dolor en el empeine del pie derecho y después de tratarme por prescripción médica y sin resultados una tendinitis, vuelvo al médico. Me manda radiografías de frente y de perfil, así que voy a rayos a que me las hagan. Me sorprende que solo me hagan una placa, pero no digo nada. Cuando vuelvo a por el resultado, tanto el médico, como el fisio, como un osteópata conocido, me dicen que falta la placa de perfil y que sin ella no pueden diagnosticarme bien. Me derivan a trauma. Ya estamos en junio y el trauma sin tan siquiera mirarme el pie, me dice que le falta una placa de perfil de mi pie, así que baje a hacerla a la planta de abajo y pida nueva cita en el mostrador.
Me hago la placa y esta vez, le comento a la técnico que la otra vez se olvidaron de hacerme la de perfil,  a lo que me contesta que ellos no se olvidan de nada. La miro con cara de "y que vas a saber tú si se olvidaron o no, si no estabas" y antes de poder darle réplica me comenta que por protocolo, cuando las placas las solicita el médico de cabecera solo hacen una para no radiarnos sin motivo. Como os podéis imaginar no daba crédito a lo que estaba oyendo y no supe ni que contestarle. Voy al mostrador de citas y sorpresa, la cita que me dan es para septiembre.
Sigo todo el verano con dolores en el pie y cuando vuelvo al traumatólogo (ya era otro) me dice que lo que se ve en la placa es una rotura por estrés, ya soldada, de un metatarso. Me da tratamiento para el dolor y me dice que le de tiempo, porque es una lesión latosa.
El dolor no se iba después de un mes, así que volví al trauma (esta vez era una chica joven) y al explicarle que cada vez que posaba el pie era como un dolor punzante, como de corriente, me dice que en la placa se ve que soldó demasiado engrosado (por no inmovilizarlo) y que me debe de estar tocando un nervio así que me da un volante para una resonancia magnética. 
Por fin, después de 2 placas, una resonancia y casi un año después de mi primera consulta, me aconsejan unas plantillas de descarga (de por vida y que pago de mi bolsillo) para aliviar la zona y que el nervio pillado no me duela. Todo, por no hacerme una placa a tiempo.

Volviendo al día de ayer.
Como ya he dicho, iba dispuesta a poner una queja en cuanto no me quisieran hacer las dos placas, así que cuando el técnico hace mi primera radiografía y me dice que ya me puedo ir, le comento que en el volante ponía que eran dos. Y me contesta el mismo cuento que la otra vez: Por protocolo solo se hace una placa, salvo en casos de accidente o golpe. Me vuelvo por donde vine y bajo al mostrador principal para poner una queja. 
Allí, tras el mostrador, están  la administrativa (seguro que se queda solo en auxiliar) de turno, una compañera cambiada y lista para irse y una guardia de seguridad.
Cuando me toca el turno, le digo que quiero poner una queja y la rubia oxigenada que me atiende, me pregunta a quién quiero ponerle la queja. Le explico que venía con un volante para dos placas y que solo me han hecho una, así que quiero quejarme y me dice que si es de rayos, vaya al mostrador de rayos y ponga allí la queja. Subo al dichoso mostrador, le vuelvo a soltar el rollo a la mujer que estaba allí y me dice que ella no tiene donde poner quejas, que para eso me tengo que ir hasta el Hospital de Cabueñes. Son cerca de las 4 de la tarde.

Vuelvo a la planta baja y le digo a la rubia que la de arriba me dice que allí no se ponen quejas y que me deriva a Atención al Paciente a Cabueñes. Me mira con superioridad y con cara de "y a mí que me cuentas".
Salgo indignada y llamo a Remi para decirle que voy a coger el bus para ir hasta Cabueñes. Ella me dice que espere, que llama a ella a Cabueñes y que me vuelve a llamar con lo que le digan.
Pues bien, resulta que Atención al Paciente no funciona por la tarde, pero el hombre que la atiende por teléfono perplejo ante el caso, le dice que en el centro de salud tienen hojas de reclamaciones y se puede poner una primera queja.
De nuevo vuelvo al dichoso mostrador. Esta vez la rubia esta sola ante el peligro y le cuento que he llamado a Cabueñes y que me han dicho que existen hojas de reclamaciones y que quiero poner mi queja. La mujer se pone a decirme que allí no hay hojas de reclamaciones y que solo tienen un libro (de reclamaciones), pero que no puedo llevármelo sino que tengo que escribirla allí. Después de su vacile y ya echando chispas, le contesto que en ningún momento, ni ahora ni antes, le he dicho que quisiera escribir la queja en casa, que tengo mostrador de sobra para hacerlo allí mismo. Y que sepa, que ahora no voy a poner solo la queja a rayos, sino también a ella por no atenderme como es debido y negarme el derecho a poner la queja la primera vez. 
La rubia, empezó a subir el tono y a gritarme dándome explicaciones que no venían a cuento. A todo esto, en la barandilla de la planta de arriba empezaban a arremolinarse pacientes para ver el espectáculo que estaba dando la auxiliar. Como seguía chillándome, le dije ya de mal modo, que no me contase su vida que no me interesaba. Ante eso, de momento se calló, pero cuando vio que la guardia de seguridad volvía a estar tras ella (vino por sus voces), empezó de nuevo a la carga. Y le recordé que antes no me había dejado poner una queja y que ahora iba a poner dos. A lo que ella empezó a gritar: "¿Me estas amenazando??? ¿Me estas amenazando????" Le contesté que advertirla de que le iba a poner una queja no era ninguna amenaza y elevando la voz le dije que ME DEJARA ESCRIBIR EN PAZ. Creo que quería provocarme para darle pie a la guardia de seguridad a intervenir, pero al ver mi reacción la guardia se quedó observándome un rato y luego se retiró unos metros.
Cuando terminé con mi primera queja, pase tres hojas y seguí con la segunda. Mientras escribía, la rubia, con voz de pocos amigos, le dice a la guardia: "Mira el cachondeo que se traen los de arriba" (la gente que atrajo ella con sus gritos) Pero la guardia por supuesto, no hizo nada.
Leo que necesito el DNI para poder presentar la queja, así que cuando terminé de escribir, me pongo delante de la rubia y posando el libro delante de ella, le dije: "Toma (me faltó el "bonita"),  mi DNI". Me lo cogió, comparó los datos con los de la queja, selló mi copia de la reclamación y me la dio. Le recuerdo que son DOS quejas, a lo que de mala gana pasa 3 hojas más, vuelve a sellarme la mía y me la da. 
Me despido y me voy hacia la salida.
Marcho con mal cuerpo, pero con una sensación de triunfo (por usar mi derecho al pataleo) y con ganas de elevar la vista hacia la barandilla superior, hacer una reverencia y pedir un aplauso, XD

Ahora me pregunto, ¿me tocan siempre a mí las auxiliares bordes o es que la gran mayoría lo son? 
Se deben de creer que por estar tras el mostrador son más que los pacientes que nos ponemos del otro lado. Creo que es algo digno de estudio ;)

2 deslenguaos:

Nacho dijo...

Pues bien que has hecho! No se iba a ir de rositas la señora!.... Lo tendríamos que hacer todos en cuanto no se nos trate como se nos debe.... Que se acostumbran y cada vez están peor. No se qué superioridad se creerán que tienen... Y yo me pregunto.... Sabrán ellas con quien están tratando? Sabrán con quien están teniendo malos modos?.... La respuesta no sería con un frutero o un abogado o una directora de una empresa ..... La respuesta es más sencilla..... Con personas...

Geno dijo...

Actuaste como debiste hacerlo cosa que no se puede decir de esa empleada. un mal día lo puede tener cualquiera pero el resto del mundo no tiene porqué pagarlo (en caso de que no sea a así de desagradable por naturaleza)Cuando se trabaja cara al ´público hay que saber poner a mal tiempo buena cara y a tragar, no se puede andar a voces con al gente sin razón alguna ¡hombreya!

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MI VITRINA