Todos recordamos con cariño aquellos juegos a los que dedicabamos cada rato libre que teniamos de pequeños. No me refiero a los que pasabamos jugando con los juguetes que hoy podriamos llamar de culto entre nuestra generación. Me refiero a los otros juegos, a aquellos a los que podiamos jugar en casa o en la calle, sentados en el bordillo de cualquier portal o corriendo por las aceras.
En mi calle había muchos niños y niñas que soliamos bajar a jugar un rato despues de hacer los deberes del colegio. No necesitabamos de grandes artilugios , ni de consolas, ni de muñecas capaces de expresar emociones, solo necesitabamos un balón, una goma (o elástico), una cuerda, un "bote" o botella y eso sí, mucha energía para correr y saltar a doquier
Quien no recuerda aquello de "A la media jarra, a la jarra entera, que dando un bote, que chincha rebote, la carrera del estudiante..." y como no, al vecino del primero, que solia asomarse todos los dias a reñirnos porque le molestaba el ruido que hacia el balón al golpear en el portón que tenía justo debajo.
Quién no recuerda aquellas pasacalles, en las que nos colocabamos en dos filas dejando un pasillo en medio, y a la primera afortunada, que empezaba a saltar al ritmo de una canción : "Soy capitán, soy capitán, de un barco inglés, de un barco inglés y en cada puerto tengo una mujer..." "Yo soy la cantinerita niña bonita del regimiento, y a todos los soldados tengo contentos..." "He puesto una libreria, con los libros muy baratos, con los libros muy baratos..." "...si alguna vez, si alguna vez, me he de casar, me he de casar, con la morena y la rubia nada más". Y todas nos moriamos de ganas por ser la elegida y salir a bailar en el siguiente turno.
Quién no recuerda las carreras que nos pegabamos para que nos diera tiempo de alejarnos cuando nuestro "enemigo" le daba la patada al "bote" y las sudadas que pillabamos después para no dejarnos pillar.
Quién no recuerda aquellos juegos de goma, las alturitas, la "madreñona", el casí imposible "la gente" o el "dos cuatro"
¿Y la comba? Aquella en la que los niños aprendiamos a respetar nuestro turno y descubriamos que si perdiamos nos tocaba "apochinar".
Y que me decis de los cromos de la palma. Yo tengo guardados como oro en paño los pocos que pude conservar después de que pasasen por mis manos y por las de mi hermana pequeña. ¡Como se enfadaban las monjas cuando volviamos del recreo con las mano "negras" de estar palmeando en el suelo del atechado del patio!
Otros juegos como el cascayo (la rayuela) siguen jugandose hoy en día. No es difícil ver alguno, dibujado a tiza, en los parques o en las aceras y tampoco a algún mayor intentando enseñar a los niños aquel juego que tan bueno ratos le hizo pasar en su niñez.
La mayoría de estos juegos y de otros muchos de los que me reservo para hablar otro día, forman parte de nuestra infancia, de nuestros mejores recuerdos. Los niños, hoy, no saben jugar a ellos y no conocen la retahila de canciones que acompañaban a la mayoria de ellos. Es una pena que todas estas tradiciones se vayan quedando en el olvido.
Pero nosotros, los de mi generación, recordamos con nostalgia incluso el bocadillo que merendabamos, mientras jugabamos correteando por la aceras, y lo duro que se hacia escuchar a las 7 y media de la tarde, la voz de nuestra madre, que desde la ventana decía:
"Remi y Susana para arriba, mañana más, que ya estuvo bien por hoy"
1 deslenguaos:
No deberian de perderse las tradiciones, aunque hayan cambiado las circunstancias de juego. Porke digo yo. A ver kien es el listo y el valiente ke se pone a jugar en medio de la calle al bote... Ke nosotras y nuestros amigos de turno, jugabamos en la carretera y unicamente teniamos ke apartarnos de vez en cuando para ke pasara un coche a velocidad mas ke comedida. Vamos como ahora eh?
Y al balon? Ponte tu ahora a jugar al balon en una acera, veras como acabas, tu y el balon.
Yo creo ke no solo se pierden las tradiciones, tambien el talante de la gente. Antes como mucho, podian kejarse del ruido. Ahora, cuelgan el cartel de "prohibido jugar al balon" y listo. Se acabó la diversion.
En fin, ke las cosas cambian. En nosotros está el hacer ke nuestros hijos las conozcan y no caigan en el olvido, aunke sea jugando a ellas,unicamente en el parke.
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